31 octubre 2006

Ni excluida, ni incluida.


El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín ha descartado, en una entrevista de prensa, a Susana Díaz como segunda en la lista electoral socialista. Monteseirín afirma que Díaz " se autodescartará" por no poder simultanear el cargo de segunda de a bordo con sus reponsabilidades en el Congreso de los Diputados, cuando en realidad lo que pretende es descartarla él mismo tras la apuesta de Susana por otro cabeza de cartel. En la sede provincial socialista, donde parece que reina una supuesta euforia por los sondeos electorales que manejan, el descarte de Monteseirín no ha gustado nada. Los dirigentes provinciales, no han disimulado las diferencias y discrepancias que mantienen con el aún alcalde afirmando que en este momento "nadie está excluido ni incluido en la lista electoral", proceso que mantiene a las diferentes "sensibilidades" agazapadas, sin hacer ruido, a la espera de movimientos internos que se sucederán a partir del viernes cuando el Comité Provincial del PSOE se reuna para constituir la comisión encargada de recibir las propuestas de las asambleas locales durante todo el mes de noviembre. Con el descarte de Díaz, Monteseirín ha dado un pequeño puntapié a los críticos y ha intentado cerrar la puerta a la secretaria de organización socialista, consciente del mal candidato que supone Monteseirín para los intereses del PSOE. Y sobre las encuestas, bueno será que los socialistas la den a conocer pronto, sobre todo por los resultados y, fundamentalmente, por los detalles del muestreo demoscópico.

2 comentarios:

El Ojo de Sevilla dijo...

Monteseirín es un inepto. Lo saben sus más cercanos, lo sabe su partido y lo sabe el electorado. Todos lo saben y, por lo que se ve, todos tragan. "Asín es Sevilla", ¡así vamos!.

Mónica dijo...

Si es verdad que existen esas encuestas -que yo no me lo creo, porque ya se sabe que la progresía, en su rama demoscópico-maquillatoria y propagandística suele ser de lo más activa-, lo único que cabe pensar es que se estén gastando lo más grande para untar bien a la clientela. Robándonos al por mayor, vamos.

Esta es una de las razones por las que lo de las subvenciones a las organizaciones vecinales y demás tenía que estar prohibido. En la Constitución o en los estatutos. Que se dejen de historias y nos bajen los impuestos. Que hagan una buena ley de fundaciones y esas cosas, y ya luego nosotros los ciudadanos, que ya somos mayorcitos, decidiremos cada uno individualmente a qué causas queremos dedicar nuestro dinero.
Lo mismo se llevan una sorpresa los progres y eso que ellos llaman la derecha extrema resulta que preferimos financiar las veladas de nuestros barrios, o el teatro de Távora en Torreblanca, o cosas en el Polígono Sur, en vez de darles nuestro dinero a los titiriteros, a Baremboin-boin-boin o de comprarles el piso a los hijos de sus comisarios políticos. O de dejarnos la pasta gansa en unos carriles-bici que solo les sirven a unos señoritos progres para trincar y a otros para hacer la campaña, mientras la gente que les paga el sueldo padece cada vez mayores atascos. Oye, y encima, tiene la cara dura el alcalde barbilindo, el de los distritos como la cueva de Alí-Babá, de decirnos en qué medio de transporte nos tenemos que mover.

La cartelería sociata -que pagamos todos- dice que, con ellos, Sevilla se va a convertir en la ciudad de las personas. Yo creo que se equivocan. Será la ciudad de los liberados, de los paniaguados progres que viven del cuento de la PSOE. Porque aquí a todos los demás nos llevan de cabeza al caos, a la ruina, al servilismo. Al socialismo, en fin.