16 octubre 2006

Pendiente de un hilo.


El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín nunca ha sabido tratar a los taxistas sevillanos. Nuestro alcalde debería saber que con los taxistas no se juega, por muchos motivos, entre ellos, porque pueden arruinarle la campaña electoral y, por consiguiente, su reelección a la alcaldía. Tal y como están las cosas esta mañana, los taxistas, a través de la Justicia, pueden dar un serio varapalo a Monteseirín y retrasar indefinidamente - atención- su única carta de presentación ante los sevillanos como es el tranvía, denominado por el alcalde y su equipo como "Metrocentro". El juzgado de lo contencioso-administrativo de Sevilla ha dado un plazo de diez dias al Ayuntamiento para que presente alegaciones ante la querella presentada por los taxistas contra el tranvía, proyecto en el que trabajan sin descanso a tres turnos para que esté terminado justo antes de las elecciones. Los abogados de los taxistas creen que la balanza se inclina a favor de los profesionales del volante. El juzgado, a la espera de las alegaciones del Ayuntamiento, podría paralizar las obras y suspender el proyecto, consecuencia más que factible teniendo en cuenta la improvisación con la que el alcalde viene acometiendo un proyecto que trae a todos los sevillanos de cabeza. La Asociación Salidaridad Hispalense del Taxi está convencida que la Justicia pondrá coto a las actuaciones electoralistas de Monteseirín. Podría abrirse una nueva vía de agua en el barco socialista, remendado a tope para esta complicada singladura. Yá buscan una bomba de achique ante ésta de relojeria...

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