27 junio 2006

¿Quién vigila al vigilante?







Vengo observando, desde hace tiempo, el curioso comportamiento de algunos miembros de la Policia Local de Sevilla. Curioso de momento, aunque a un paso de ser preocupante. He visto a parejas de motoristas en animada conversación con chicas usuarias de ciclomotores que, por algún motivo, han parado. He comprobado cómo, con atascos insufribles, algunos agentes se dedican a mirar hacia otro lado sin siquiera sacar el silbato del bolsillo. Veo, todos los dias, pasar patrulleros ante filas kilométricas de vehiculos aparcados en doble fila. A menudo, grupos de hasta seis agentes apostados en cualquier esquina manteniendo tertulias que se prolongan en el tiempo. Agentes tomando café, cuando no cervecitas en éste o aquel bar no apartado precisamente de miradas indiscretas. Compruebo, en definitiva, una cierta relajación entre determinados miembros de nuestra devaluada Policia Local. Recibimos, en la redacción, numerosas llamadas de oyentes quejándose del trato y la tardanza de los municipales cuando se les requiere por algún motivo. Hasta el momento, no he dado excesiva importancia al asunto pues tengo algo de experiencia en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, de las que formé parte hace justo 20 años y sé lo dificil del trato con algunos ciudadanos que, cuando necesitan ayuda policial, suelen sufrir un cierto estado de nerviosismo. Pero ayer, fuí víctima del mal hacer de algunos de nuestros policias locales. Ocurrió en la Avenida de Montes Sierra. Conducía mi vehiculo, correctamente, mientras un cámara de televisión captaba, desde el asiento del copiloto y con la cámara por fuera del coche, la enorme inundación generada por el reventón fortuito de una tuberia de abastecimiento de agua potable. Por el carril de mi derecha, aparece un coche patrulla de la policia sevillana. Cuando observan que estamos grabando, aceleran la marcha con la intención de levantar la suficiente agua como para empapar la cámara y, de paso, a los usuarios del vehiculo como se puede observar en la fotografia que ilustra este post. A punto estuvieron de colisionar con el vehiculo que le precedía. Tras frenar bruscamente para evitar el choque, los agentes rompieron a reir. Está todo grabado y, por supuesto, emitido. Reconozco que puede ser una anécdota sin más trascendencia, pero entiendo que es un comportamiento gamberro por parte de quien deberia dar ejemplo ante la ciudadanía. Y, sobre este asunto, me asalta una pregunta... si sabían que se trataba de una televisión que estaba grabando la escena y se atrevieron a ser inmortalizados en tan vergonzante actitud... ¿ qué no harán cuando no hayan cámaras como testigos?. Animo a partir de ahora a todos los sevillanos a que denuncien públicamente a cuantos policias locales no honren su uniforme, su placa, y su compromiso con la sociedad. Como creo que no se vigila al vigilante, tendremos que hacerlo los periodistas y los ciudadanos. El perfil de este tipo de agentes, suele ser el siguiente: joven, pelo largo o con permanente, perilla, patillas y barba fina y, por supuesto, gafas de sol. Si les quitan el uniforme y les ponen un chándal y una gorra blanca, tipo cani, vamos. Desgraciadamente, este tipo de elementos empañan a la Policia Local de Sevilla. Afortunadamente, no son todos y no sería justo generalizar, pues conozco a muchos y muy buenos agentes que se dejan la piel por los demás. Por tanto, dejo constancia que no generalizo, cuestión por cierto en la que confían este tipo de elementos para parapetarse y dar rienda suelta a una actitud que deberían haber abandonado cuando juraron servirnos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿No os pararon por estar grabando con la cámara fuera del coche?

La cuestión, creo yo: ¿Hay Negligencia por desidia de algunos policías u órdenes de no ser muy exigentes con las infracciones de los ciudadanos?

Otra más: ¿Qué es antes, el ciudadano infractor e insolidario o la autoridad comprensiva con el delito? Hay que repartir culpas.

Como usuario diario de Tussam, veo como muchos conductores aparcan en al carril bus, sobre todo a las horas en las que los niños entran o salen de los colegios. ¿Qué decir de los caros restaurantes que hay en la ronda histórica y los coches (oficiales y oficiosos, que de todo hay) aparcados en la puerta?

Eusebio Pérez dijo...

Hola, Luis.

Agradezco tus siempre agudas reflexiones. Por supuesto que se deben repartir culpas, aunque no exactamente en este caso. Lo de la vista gorda puede formar parte de la rutina diaria, pero eso de hacer el gamberro vestido de uniforme y en coche patrulla pues...