Lolo no se dá por enterado.

El concejal delegado de Juventud y Deportes, o de brigadistas, botellonas y chanchullos, Francisco Manuel Silva es un tipo sorprendente. 24 horas después de conocerse - y reconocerse - que mintió descaradamente cuando aseguró que el Ayuntamiento había comprado una cuarta parte de la cubierta de la Copa Davis de la que no sabemos si desapareció o fué objeto de robo, vá el joven concejal y utiliza una argucia legal pero poco ortodoxa y consigue que la Junta de Gobierno Municipal le apruebe una serie de actuaciones, una veintena aproximadamente, por un montante de 24.000 euros. La artimaña, legal, permite al ínclito delegado municipal sortear todos los controles municipales. Es decir, volverá a gastar dinero público sin fiscalización. Esto se llama, en mi tierra, tenerla de cemento armado. El PA, viendo que la exigencia de dimisión por parte del PP entró por este oido y salió por el otro, ha solicitado al alcalde que lo cese, el mismo dia que Monteseirín permite al camarada Lolo que se haga con otros 4 kilos de las antiguas pesetas para sus cosillas. Lo que vale IU no está en los escritos. Con esta actitud, se pone en clara evidencia que tanto a Silva como al alcalde les dá igual lo que pase, lo que se diga o lo que se piense sobre la gestión pública. Y mientras, los sevillanos, a seguir tragando. Mañana, qué digo mañana, esta tarde mismo saldrán con un nuevo proyecto o un anuncio sobre lo bien que nos vá en un nuevo ejemplo de lo bien que lo saben hacer con las cortinas de humo. Qué indolencia, qué pena...