Adiós, y gracias.

Jaime Raynaud ha tenido sus tres dias de gloria. Dejó la portavocía del grupo municipal popular el pasado sábado, ha acaparado toda la atención mediática el fin de semana y, salvo algún articulo de prensa que le reprocha su gallardía política - su caballerosidad -, lo cierto es que su imágen pública sale inmaculada de la crisis que los responsables del PP andaluz se han empeñado en crear. Hoy ha recibido un caluroso aplauso de los líderes del partido y de los alcaldables a municipios de más de 20.000 habitantes. Y, por supuesto, el abrazo de Rajoy y de Arenas, que no han dudado en ofrecerle algún cargo de responsabilidad en el partido, sobre todo para aprovechar lo atesorado durante estos siete años de trabajo en la oposición y, de paso, para que no vuelva a hablar sobre la lamentable gestión de la candidatura a la alcaldía de Sevilla. Poco más que decir. Mucho se ha hablado, mucho se ha escrito y mucho se está especulando. Javier Arenas debe estar muy convencido de la postura que finalmente adoptará Soledad Becerril. El gran riesgo tiene carácter demoscópico. En el PP se han creido a pies juntillas los sondeos electorales y, fundamentalmente, la valoración de los lídres politicos realizadas por los ciudadanos consultados. No tengo duda alguna, todo lo contrario, sobre Soledad Becerril. Pero temo que, aquellos que masivamente se han pronunciado en los sondeos sobre la actual senadora, lo hayan hecho valorando más lo que hizo que lo que pueda hacer. Es normal. Con el tiempo, se suele valorar y, si me apuran, sobrevalorar a los ex-mandatarios. No sería la primera primera vez que los sondeos resulten equivocados. Los populares han apostado y la bola rueda alrededor de la ruleta. Si cae en la casilla de Soledad, se iniciará la batalla politica con el PSOE. Si, por contra, se encuentran con un imprevisto, los populares tendrán un serio problema de tiempo para dar a conocer al electorado la alternativa a Soledad, previsiblemente, Juan Ignacio Zoido. Asi las cosas sólo cabe pensar que Soledad yá ha dicho que sí. El jueves saldremos, por fin, de dudas.