Ayer, en El Anteojo, hacía referencia al blog del alcalde. Decia que era una buena idea. Magnífica, sostenía, saludable incluso. 24 horas después, tengo una opinión absolutamente contraria. ¿Por qué?. Pues porque no admite comentarios más allá de los que le doran la pildora. Eso no vale, alcalde. No vale. El blog del alcalde es pura propaganda con, desde luego, alguna pincelada interesante sobre el "urbanismo bajo sospecha" y por supuesto, alguna falta de ortografía que no hubiera trascendido tanto si no le hubieran fabricado, torpemente, una coartada. Asi pues, el supuesto interés que tenía el blog se que quedado en eso. En supuesto. Vaya por Dios.
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