La situación de la economía andaluza ofrece yá sintomas de desaceleración. El último informe de Analistas Económicos de Andalucia, obviado por el presidente de la Junta Manuel Chaves en el pasado debatillo sobre el estado de la comunidad, pone de relieve que las provincias más dinámicas de los últimos años, especialmente Málaga, están dejando de tirar del carro económico, sobre todo y, como cabía esperar, el sector de la construcción que está dejando de ser la panacea de nuestros males. Las provincias de Huelva, Granada y Sevilla se han mostrado como las más dinámicas en el primer trimestre del año. Por contra, Málaga, Almeria, Cádiz y Córdoba se han visto relegadas a un segundo plano por la caida de la actividad de constructoras y promotoras. El sector, al que también afecta el trepidante crecimiento de los tipos de interés, anda acongojado porque les parece que su medio de vida se encuentra bajo sospecha, algo que tiene parte de verdad. Eso, y la paralización de más de un PGOU y la indefinición de la Junta que no termina de diseñar el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucia mantiene al sector preocupado y, por tanto, en proceso de parálisis a la espera de acontecimientos. Y vuelve a ser, de nuevo, el sector turistico el pilar de la economía andaluza. Nuestra más potente industria, a pesar de todo, sigue siendo maltratada desde las administraciones. Las infraestructuras yá no responden al modelo de turismo que poco a poco se vá implantando. Nadie quiere sufrir para disfrutar de unas vacaciones. Y en Andalucia, se sufre. El cuidado del sector vá mucho más allá de las habituales campañas de promociones. La imagen es importante, pero no lo es todo.
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