Canguelo general en la empresa concesionaria de las obras del Metro de Sevilla. Problemón a la vista. La tuneladora encargada de horadar el subsuelo de la línea uno del metropolitano sevillano se encuentra de nuevo parada. Y en esta ocasión no se trata de un fallo técnico del ingenio, de los muchos que viene acumulando ultimamente. No. Ahora el problema es de envergadura. Los cimientos de uno de los edificios de la Plaza de Cuba se encuentran seriamente deteriorados como consecuencia, entre otras cosas, de las obras. Al parecer, la situación es incluso alarmante. Se teme incluso el desplome del edificio. Los técnicos responsables de las obras buscan desesperadamente alternativas no sólo para que la tuneladora pueda seguir su trabajo, sino especialmente para garantizar la seguridad del edificio. Los vecinos del inmueble en cuestión, uno de los más prestigiosos y más caros de la ciudad, se muestran especialmente preocupados por la aparición de numerosas grietas. Es bastante probable que desconozcan las dimensiones del problema. Hay miedo a un "Carmelo sevillano". Habrá soluciones, pero el metro, al final, está dando más quebraderos de cabeza de la cuenta. ¿Lo veremos circular o volverá a ser enterrado como hace 30 años?
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