10 marzo 2006

La construcción de una pesadilla.


A falta de una semana para la celebración de la macrobotelona que previsiblemente reunirá en la Isla de la Cartuja y el Charco de la Pava a más de 70 mil jóvenes beodos, sabemos por las crónicas periodisticas que el descontrol estará asegurado. Gobierno, Junta de Andalucia y Ayuntamiento de Sevilla se niegan a asumir responsabilidades por lo que pueda ocurrir. Como no se trata de una manifestación, ni de una concentración convocada por nadie... pues eso, que solo sé que no se nada. Balones fuera, se llama eso. Resulta patético comprobar la eficazia de tantas administraciones encargadas, en teoría, de velar por el bienestar ciudadano. ¿Como es posible que, con cuatro administraciones y todas del mismo signo politico, nadie tenga responsabilidades sobre la botellona? La cosa tiene, desde luego, guasa. Miles de jóvenes borrachos camparán a sus anchas el próximo jueves. Los destrozos están asegurados. En los servicios de urgencias de los hospitales, se preparan. Se esperan cientos de comas etílicos mientras "la juventud más preparada de la historia" hace acopio de botellas de todo tipo para asegurar el desmadre. Tienen asegurada la adquisición de alcohol, aunque no de tabaco. Para eso, tendrán que buscarse la vida. Mientras, miles de sevillanos que serán los que sufran las consecuencias de tamaña dejación de funciones de nuestras autoridades, hacen planes para marcharse de la ciudad o para encerrarse en casa durante 48 horas. En otras capitales de Andalucia, los jóvenes convocan botellona para rivalizar con Sevilla. ¿Es esta la construcción del sueño del que habla la publicidad del alcalde? Veremos.

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