La "Operación Mordaza" puesta en marcha por los responsables de la seguridad ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla a mediados del año pasado, se encuadra en una estrategia politica del PSOE mucho más profunda de lo que podría parecer. El Anteojo ha podido conocer en las últimas horas, de fuentes de máxima solvencia, del trmendo malestar que existe en el Gabinete de Prensa del Cuerpo Nacional de Policia y en la Oficina de Comunicación de la Guardia Civil ante el excesivo celo del delegado del Gobierno en Andalucia, Juan José López Garzón y el Subdelegado en Sevilla, Faustino Valdés, por el control de la información que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado suministran a los medios de comunicación.
Este control, ejercido a conciencia por los respectivos responsables de prensa - se salva de momento Gil Chaparro recién desembarcado en la Plaza de España -, tiene como objetivo maquillar y si es posible impedir, la difusión de noticias relacionadas con la seguridad ciudadana que puedan poner en tela de juicio la labor de los delegados gubernamentales o del Ministerio del Interior. En los gabinetes de comunicación policiales, la frustración es enorme. Todas las comunicaciones, deben pasar el filtro politico. Y además, hay algo de celos. No soportan el protagonismo - merecido - de los profesionales. Las notas de prensa, se devuelven mutiladas o simplemente, censuradas. Los portavoces policiales no pueden hablar con los medios de comunicación si no cuentan con permiso previo y se les acota los comentarios. No se trata de que las manifestaciones de los agentes puedan dar al traste con operaciones policiales en curso, algo que sería perfectamente comprensible. No, se trata simplemente de impedir que la tozuda realidad de lo que ocurre en la calle erosione la buena imagen de Valdés, López Garzón, Alonso y Zapatero. Vaya tropa.
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