31 marzo 2006

Complicadas relaciones.


En el transcurso de estos dias, volvemos a comprobar cómo se confunde lo público con lo privado. Muchos politicos, afortunadamente no todos, tienden a equivocarse, en ocasiones con resultados no deseados para quien comete ese tipo de "errores". Pero, a otros niveles, es más común que se produzca otro fenómeno relacionado directamente con el nivel de educación de nuestros líderes. Confundir lo profesional con lo personal. Un ejemplo bien claro lo tenemos en el Ayuntamiento de Sevilla. Concejales que no se hablan entre ellos, que incluso evitan el más elemental sentido de la educación como es el saludo, es tónica general en la Casa Consistorial. Pasa también entre politicos y periodistas y, francamente, no lo entiendo. Un error básico. Los politicos y periodistas estamos condenados a entendernos. Nosotros, los periodistas a entender y comprender la labor de los representantes del pueblo y ellos a entender la labor periodistica y a soportar, cuando sea menester, las críticas. Se me acusa de saludar a quienes critico. Algunos politicos dicen no entender que les salude con un" buenos dias "y les estreche la mano y después critique su gestión. Despejo la duda. No tengo absolutamente nada en contra de las personas. Es más, muchos me caen francamente bien, lo que no impide ser criticados cuando la ocasión lo merezca siempre y cuando esa crítica se centre en la actividad pública del personaje. También aplaudidos cuando lo hagan bien. Aquellos que dicen no entender ,confunden lo profesional con lo personal. Seguiré criticando lo que considere y seguiré saludando a todos mis conocidos. Sin excepción. No pienso entrar en el juego de lo personal porque no me apetece. No me gusta esa forma de entender las relaciones entre politicos y periodistas. Muchos de nosotros, los periodistas, tendemos a creer que los politicos son nuestros amigos. Craso error. Estoy plenamente convencido que todos esos que te propinan grandes abrazos, saludos y reconocimientos varios, ni se acordarían de nuestro nombre si dejaramos de practicar esta bella profesión. Es así. Ha ocurrido y seguirá ocurriendo. Les interesamos a los politicos y viceversa, nada más. Los que me conocen saben que soy así, cortés y educado con todos, pero esta forma de ser no supedita mi trabajo diario. Algunos dicen que he insultado en este blog al alcalde de Sevilla. No es así. Es verdad que he escrito algunos comentarios duros contra la gestión del alcalde y sobre su silencio. Los mantengo. Sin embargo, si es verdad que el alcalde se ha sentido ofendido, le presento mis disculpas. No es mi intención ofenderle, aunque si cuestionar su gestión como principal responsable de los destinos de esta ciudad de la que también formo parte. Mi profesión me lo exige y el patio está, querido alcalde, como para no estar al loro de lo que ocurre.

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