26 marzo 2006
1 por cada 35.
No esta mal. Nada mal. Y mis datos están, con seguridad, anticuados. Y no ha sido fácil encontrar una simple cifra, que a la postre no es tan simple porque tiene miga. ¿Saben ustedes cuantos funcionarios tiene la Junta de Andalucia?. Pues a fecha de junio de 2.001, nada menos que 207.142 funcionarios sin contar interinos o personal laboral. Y es bien probable que esa cifra haya aumentado hasta los casi 300.000 de los que me hablan algunas fuentes, de esas de las que se dicen como "generalmente bien informadas". ¿Tantos funcionarios necesitamos los andaluces para ser (mal) administrados?. De verdad, no me puedo creer que haya un funcionario fijo por cada teinta y cinco andaluces con cifras, insisto, de hace cinco años. Por mucho que me lo expliquen y por muchas criticas que pueda recibir por este artículo - este blog es visitado con asiduidad por funcionarios periodistas- no estoy de acuerdo en algo fundamental. Las plazas en propiedad. Me parece arcaico el simple hecho que existan. ¿Cómo es posible que un señor o señora se presente a unas oposiciones y obtenga una plaza en propiedad? ¿porqué éste tipo de funcionarios no están sujetos a la legislación laboral como el resto de los mortales? Los funcionarios deberian estar sometidos a la misma realidad que el resto de trabajadores. Todos sabemos que poner en la calle a un funcionario es imposible.
Un par de allegados, él funcionario de la Universidad de Sevilla, ella de la Consejería de Medio Ambiente, suelen contarme sus visicitudes laborales con el propósito de que sean denunciadas púbicamente a través de los medios en los que trabajo. Hasta el momento no lo han conseguido. El motivo: él llega todos los dias con una hora de retraso a su puesto de trabajo y se dedica a atiborrar a su hija de 10 años de peliculas, cd´s musiciales y videojuegos que se baja en su ordenador del despacho. Y se declara estresado. Ella, es buena persona pero el paso de los años en un puesto de trabajo en el que no hace absolutamente NADA le están amargando el carácter. Junto a un grupo de compañeras, se dedican a intrigar sobre unos y otros, y así pasan los dias. Por supuesto, pertenece a un sindicato aunque su sueño dorado no llega: la liberación. Sindical, claro. La otra liberación sería marcharse a casa y que le manden el sueldo, pero eso, parece excesivo aunque todo llegará. Reside en un adosado de protección oficial. Junto a su marido, oficialmente en paro, tienen un parque móvil curioso. Aparcaditos a las puertas de la VPO, dos imponentes BMW con el que suelen dar bastante envidia al resto de vecinos, aunque lo cierto es que no tanto por los coches de lujo, sino por el puesto de trabajo de ella. Por tanto, con estos dos casos tan cercanos y sangrantes, no puedo por más que irritarme con su sola presencia. Y mucho más cuando, a final de mes, observo con preocupación el "bocado" a mí nómina y me pregunto.... ¿cuánto de mi sueldo vá para el de ellos?. Cada vez que hablamos del asunto, me salen con la misma historia de la plaza ganada y demás...
Mi enfado y el de buena parte de los trabajadores que tenemos que doblarla para pagar nuestras facturas y las de los trescientos mil no serviriá de mucho. A cualquier gobierno le interesa alimentar el monstruo inconstitucional. Trescientos mil tios, por tres personas de unidad familiar - tirando por corto - son novecientos mil votos. Los mismos con los que siempre parte con ventaja el PSOE en cualquier cita electoral andaluza. Así les vá de bien. Y lo que les queda.
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