La Junta de Andalucia gastó en los últimos diez meses 70 millones de euros en publicidad institucional. Propaganda, para que nos entendamos todos. 70 millones de euros parece una cifra abultada, pero si decimos que son algo más de 16.000 millones de las antiguas pesetas, la cosa cambia. Y esa pasta, sin contar los contratos inferiores a 30.000 euros, que pueden elevar la cifra hasta la irritación; la que sufrimos los que pagamos impuestos. Una desorbitada cantidad en propaganda que supone la misma cantidad que se destinan a las pensiones asistenciales o 35 veces superior ¡ 35 ! a la inversión en I+D. Queda claro, por tanto, que el interés por la propaganda supera con creces las inquietudes sociales de nuestro progresista gobierno autonómico. ¿Y para qué sirve tanta publicidad institucional?. Pues, de momento, para salvar la cuenta de resultados de grupos privados de comunicación amigos y también públicos que, si no fuera por la ingente cantidad de dinero que se le inyecta directamente desde la Andalucia imparable, harian insoportable el déficit del ente público andaluz. Un déficit que haría sonrojar a los barandas que han diseñado el plan de saneamiento de RTVE. Me gustaría saber el criterio de la Junta a la hora se distribuir esa publicidad institucional. El dinero de todos los andaluces sirve, como ven, para mantener no sólo empresas públicas deficitarias, sino también para "ayudar" a los grandes monstruos privados de la comunicación. Parte de lo que gana por ejemplo, el considerado por Forbes como una de las grandes fortunas del mundo, sale de mi bolsillo. Y del suyo. Y el del suyo también. ¿Hasta cuando?
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