06 septiembre 2006

Buscando pufos a Zoido.

Tal y como ocurrió cuando se deslizó el nombre de Soledad Becerril como hipotética candidata a la alcaldía de Sevilla, los chicos y chicas, compañeros y compañeras del PSOE en el Ayuntamiento de la capital, se han dedicado casi en cuerpo y alma, a levantar cuantas alfombras pisara el candidato popular Juan Ignacio Zoido en la búsqueda ansiosa de una metedura de pata. El esfuerzo ha sido prácticamente en vano. Lo que parece ser, a priori, una desventaja para el candidato popular, su escasa experiencia en la cosa de la gestión pública, se ha convertido, tal y como está el patio de marrullero, en una gran ventaja. Los chicos y chicas socialistas, muy diligentes, han mantenido más de una conversación con jueces, magistrados y personal del mundo de la Justicia buscando no yá un papel, sino un mal comentario sobre Juan Ignacio Zoido. Resultado: cero patatero. Hasta la fecha, ningún miembro de la carrera judicial, incluido algunos miembros de Jueces para la Democracia, han hablado mal del magistrado en excendencia. Así las cosas, la infantería socialista, ha decidido no dedicar más tiempo y esfuerzo al enredo, estableciendo ahora una nueva estrategia: el ninguneo. Y así lo tratan siempre que tienen la ocasión. Si se trata de un acto público, Zoido a la tercera o cuarta fila; si se les cruza por la calle, ni hola. Un ninguneo que no afecta lo más mínimo a Zoido; no porque él lo diga, sino porque se le nota. Mientras el candidato del PP se lo curra a pié de calle - sin Arenas- , visitando todos los barrios de la ciudad, en el seno de los socialistas sevillanos la cosa está que arde. La guerra interna, solapada, y que aún no ha trascendido a los medios en toda su intensidad – yá vendrá Caballos cuando deje de apretar el calor- no tiene pinta de acabar a corto plazo pues parece imponerse la tesis de mantener a Monteseirín y confiar en el granero histórico de barrios como Macarena o Sevilla Este, lo que ha terminado por soliviantar a los socialistas, especialmente de base, que están hasta la coronilla de este alcalde que mantiene irritados a casi todos los colectivos de la ciudad. Y en esa guerra interna, dos nombres de mujer mantienen las espadas en alto. Evangelina Naranjo y Susana Díaz. Ambas, al alimón, tienen una entrevista. Lo malo es que no se dejan.-

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