Más "mentirijillas" de Monteseirín.

La Sevilla que todos conocemos, la Sevilla de los naranjos en flor y de su masa arbórea del casco urbano, si me apuran incluso la Sevilla monumental, sucumbirá bajo la gestión del alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín. De un lado, por la campaña arboricida que desarrolla desde hace tiempo en algunos puntos de la ciudad, que se ha llevado por delante casi un centenar de árboles de todo tipo, entre ellos nuestros queridos naranjos, y de otro por el absoluto desprecio al patrimonio histórico como son los restos arqueológicos aparecidos en la Puerta de Jerez.

De una tacada, el alcalde ha ordenado talar un montón de árboles de la Avenida de la Constitución y alguno de la Plaza Nueva. Monteseirín decía ayer, hoy no porque ha sufrido un súbito ataque de afonía, que los árboles estaban enfermos y que se ha aprovechado las obras del metrocentro - tranvía con su catenaria y todo - para eliminarlos. Mentira. Lo desmienten desde Parque y Jardines y desde la prpia empresa Metrocentro. Su portavoz lo ha dicho hoy claro en la Cope: "estaban algo tocados y molestaban a las obras" ha dicho el técnico, desconociendo quizás la polvareda levantada por este alcalde calamitoso. Y para rizar el rizo, en un ejercicio de cinismo sin precedentes, el alcalde vá y estampa su rúbrica en el libro de recogida de firmas que tienen los conservacionistas a las puertas del Ayuntamiento ante la mirada atónita de los allí presentes que, al menos han conseguido paralizar el desaguisado.

La otra cara de una moneda con dos caras iguales - sólo cruz - la encontramos en la Puerta de Jerez, donde recientemente han aparecido unos interesantes restos de un horno cerámico almohade que, de repente, han desaparecido. Han arrasado con todo. La delegación de Cultura, que ordenó la paralización inmediata de las obras no da crédito. ¿Donde están los restos?. Mejor: ¿dónde está el arqueólogo?. Desaparecido desde el dia 24.

El alcalde se ha librado de algunos asuntillos, como los taxistas o la cubierta de la Copa Davis, gracias a la Semana Santa y Feria, pero como todo acaba, llega la dura realidad. La de afrontar tanto despropósito y responder ante los sevillanos cuando se recupere de la afonía. Menos mal que el Rocio está a la vuelta de la esquina. Reloj, vé marcando las horas, pero rapidito...