30 abril 2006

Por qué se ríen


Firma invitada: Antonio Agudo. Periodista jaenero.

Siempre me ha llamado la atención como se les afloja la risa a los políticos que reciben a sus inmediatos superiores en la encomienda que tienen a su cargo. Siempre salen mirándoles de manera arrobada y sonriendo seráficamente ante la presencia de su jefe mientras éste hace profundísimas y sesudas declaraciones a los medios de comunicación. Siempre me he preguntado por qué se ríen así, como sin gana, flójamente, pero de manera que se les vea bien y que se note cuanto agradecen la presencia de su baranda.

Yo les invito, amigos lectores, a que hagan la prueba esta misma tarde si se ponen a ver algún informativo de televisión. Observen como detrás del capo se asoman unos tipos a los que no hay que confundir con periodistas; no cargan con alcachofa; tampoco son escoltas ;no cargan la pipa; y que se dejan filmar y fotografiar enseñando el careto y riéndose. Como diciendo “qué razón tiene el que está hablando”. Fíjense como no falla la fórmula: a un ministro siempre le crece en la chepa un subsecretario, a un consejero un delegado y a un alcalde un concejal.
Sigan mirando y noten como el prócer diserta sobre lo divinamente que está la obra o sobre como hacer lo humanamente necesario para desfacer el entuerto, y les verán la cara sonriente, asertivos y acatando lo dicho por el líder como la única solución plausible para salir del atolladero. como si fuera la descripción de la máquina de movimiento perpetuo. Hagan el experimento y luego me cuentan, si es que logran adivinarlo, de qué coño se ríen tanto.

Ahora viene una época en la que este fenómeno es más acusado. Tiempos de cosecha de candidatos para la recolección de las locales de 2007. Dicen que la posibilidad de ser elegido, es inversamente proporcional. A menos posibilidades de ser incluidos en el pasaje electoral, más se ríen, mientras que los más adustos son los que ya han sido bendecidos por la patrona Santa Lista.
Existen incluso leyendas que cuentan que aquellos que no supieron sacrificar los risorios en el ara del genuflexo peloteo al sumo sacerdote fueron condenados al ostracismo, que es lugar donde ya nadie puede reírse aunque tenga motivos.

Miren, miren y verán que risa les da.

1 comentario:

Antonio Marías dijo...

Alfonso Guerra dijo en una entrevista reciente que los asesores de imagen recomiendan a los políticos que, siempre que haya cámaras delante, salgan riendo y sonriendo, aunque se lleven fatal con el interlocutor al que en ese momento tengan delante.
EJ: ¿Os acordáis de unas imágenes de TV de hace unos meses en las que salían el Presidente del TS e Ibarretxe charlando muy sonrientes y animados? Luego se supo que hablaban del tiempo, que el buen rollo y la simpatía sólo lo fingían.
Supongo que lo recomendarán para que los electores digamos "qué buena gente". En fin, una muestra más de la hipocresía de nuestros políticos / próceres.