04 abril 2006

Libro imprescindible.


Es, sin duda ninguna, de los mejores periodistas andaluces. De los más valientes, de los más claros. Paco Robles presentaba ayer en Sevilla su última obra, Mester de Progresía. Un libro imprescindible para todos aquellos inquietos que quieran descubrir el singular fenómeno del progre, individuos e individuas que, por un lado, disfrutan del poder en Andalucia desde hace más de dos décadas y, por otro, sostienen y ayudan al régimen imperante dando lecciones de ética a los demás. Reconozco abiertamente mi admiración por el autor, y lo que he disfrutado con la lectura del libro al que sólo encuentro un defecto. Se me ha quedado corto. Paco Robles pone los puntos sobre las íes no sólo en sus diferentes obras literarias; hay que leerlo en El Mundo y hay que verlo y escucharlo en ese fantástico programa "Ojos que nos ven" en Sevilla TV. Ventanas que se abren y que permiten que entre un poco de aire fresco en este régimen que se dedica a vapulear la libertad de expresión.

EL LIBRO.

Mester de progresía es una sucesión de retratos literarios cargados de ironía, esto es, de una ternura humorística que a veces deriva, irremediablemente, en la sátira. El centro de esta galería es el homo progre, espécimen de raíz carpetovetónica que mutó en los años del tardofranquismo. No hay que confundirlo con el rojo, ora en versión socialdemócrata, ora en su radicalismo comunista. El progre es otra cosa. El progre es aquel individuo que se cree con todo el derecho del mundo para despotricar de los demás, y con una autoridad moral superior e infinita que lo resguarda de las críticas ajenas. El progre no se entiende sin el facha, recreación progre a partir del carca clásico. Sin facha no hay progre, de ahí la necesidad mutua. Con el tiempo, el progre pasó de la penumbra del cineclub al escaparate público del poder: ministerios, consejerías, parlamentos, periódicos… Todo se llenó de progres que gritan cuando no tenían el poder, y que callan cuando lo ejercen de forma muy similar a como lo hacen sus adversarios. De la pegatina al BOE solo hay un paso. El homo progre ha conseguido, en su proceso de adaptación social, una máscara de hierro –vulgo rostro pétreo– que le ha permitido, hasta ahora, crticar sin ser sometido a crítica. Tiempo va siendo de que el humor, ese corrosivo necesario, ponga a cada progre en su sitio.

EL AUTOR.

Francisco Robles (Sevilla, 1963) es Licenciado en Filología Hispánica y profesor de Lengua Española y Literatura en excedencia. Su primer libro fue Tontos de capirote, una sucesión de retratos irónicos sobre los personajes que pululan alrededor de la Semana Santa. Posteriormente haría algo parecido con La feria de las vanidades y con Monipodio, una novela picaresca ambientada no en las urbes del siglo XVI, sino en el urbanismo del XXI. Cuando no toca la ironía le gusta concentrarse en los poetas para divulgar su obra, de ahí los dos ensayos que contienen sendas antologías de dos paisanos suyos: Cernuda para jóvenes y Poesía eres tú: Bécquer, el poeta y su leyenda. Actualmente se gana la vida –y el odio de más de uno y más de dos– en los medios de comunicación: prensa, radio y televisión. Está casado y tiene, por orden de aparición, dos hijos y un perro.

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