Sindicato de hipócritas.

Antonio Rodrigo Torrijos, ese individuo que vive del cuento y que aspira a la alcaldía de Sevilla por esa coalición marginal comunista que dice llamarse IU-LV-CA, ha perdido definitivamente el rumbo. Lo comenzó a perder tras sus múltiples patinazos en CC.OO. y cayó en picado cuando pasó de la barricada a la moqueta y el coche oficial. El poco juicio que le quedaba, lo perdió ayer en el pleno municipal, cuando se permitió el lujo de llamar a los medios de comunicación " sindicato de hipócritas" por publicar que se gastó 7.000 euros en un publirreportaje para mayor gloria se su ego. Veamos. Si Rodrigo Torrijos se hubiera gastado los 7.000 euros de su bolsillo, aquí no habría nada que decir, ni objetar ni siquiera publicar. El problema es que el candidato de IU, acostumbrado a no doblarla nunca y vivir del erario público, se cree que el dinero del distrito Sur es suyo y es ahí donde comienza el error. A Torrijos no le preocupa el gasto de dinero publico, le preocupa que se cuente, que se sepa. Pues bien, si a don Antonio le preocupa que se cuenten las cosas será por algo, lo que me anima a pensar que algo esconde este vividor de la cosa pública al que habría que recordar que no han sido los sevillanos los que le han puesto en el gobierno de la ciudad. Ahora que se acerca la campaña, los sevillanos deben saber a qué a dedicado el tiempo el señor Torrijos y dónde a "invertido" el dinero público de las delegaciones que gobierna su partido. Y recordar, desde la cubierta de la Copa Davis al engañabobos de los Prespuestos Participativos. Y su gestión en el Distrito Sur. Torrijos ha pinchado en hueso. No estamos, como él quisiera, en la Unión Soviética de Stalin, ni siquiera en Cuba aunque a veces lo parezca. Estamos en una democracia donde el papel de la prensa está muy definido a pesar de que algunos medios estén sometidos a una campaña de la izquierda dirigida a acabar con ellos por contar lo que pasa. Dice Torrijos que sólo tiene con él un par de medios que le den cariño. Muchos son para darle cobertura a semejante sujeto, al que no se le conoce virtud alguna más allá del enredo, y del vivir bien a costa del resto de sevillanos. Pues a partir de ahora, no tendrá queja el candidato de IU. Los medios, algunos, nos vamos a interesar por él a partir de ahora. Reclama atención y la vá a tener pero quizás no tanto por lo que él pretende, que es la publicidad gratuita y la propaganda por la cara, no. De momento, me interesa más el balance de su gestión. La diversión está garantizada. La indignación también.