12 diciembre 2006

Un taxi, por favor.

Mal panorama tienen - tenemos - por delante todos aquellos que estos dias andamos inmersos en los inevitables ágapes navideños por aquello de la falta de taxis en la ciudad de Sevilla. Anda el personal bastante concienciado sobre la mala combinación que supone el alcohol y el volante, más por la previsible pérdida de puntos que por la locura que supone conducir con unas copas de más. Pues bien, resulta que el alcohol - disfrazado de cena o almuerzo - reúne estos dias a compañeros de trabajo y de toda índole para "celebrar las fiestas y brindar por el Año Nuevo" como reza la mayoría de las invitaciones que tengo sobre mi mesa. Afortunadamente, decía, la gente está dejando el coche en casa y está apostando por regresar en transporte público, en este caso, el taxi. Un taxi que, en Sevilla y en estas fechas, brillan por su ausencia. Resulta todo un problema salir de la cena en cuestión y encontrar un taxi. Las paradas, solitarias y Radio Taxi, si no comunica, cosa improbable, no pueden atender la demanda. O sea, que con este panorama, las cenas de Navidad están llamadas a la extinción o a la reconversión, por que, no nos engañemos, estos eventos supone para muchos una oportunidad única de " hacer equipo" y de entablar relaciones personales más allá de las profesionales con el alcohol como denominador común. Y es que, el personal, lo que busca no es la cena en sí, sino las copas posteriores que sirven a muchos para desinhibirse. Alguien debería tomar cartas en este asunto. Hacen falta más taxis de noche en Sevilla y en esta época, se debería aumentar el servicio toda vez que la demanda está garantizada. ¿ No es el taxi un servicio público?. No soy el único que ha salido del restaurante y no ha encontrado un sólo taxi. Regresé a casa gracias a la solidaridad de un compañero abstemio, de esos que no se suelen encontrar en este tipo de encuentros. Tengo varios compromisos más que atender y una única solución. Ni una cerveza, ni una copa. Con todo, este año, brindaremos con Casera a falta de Mirinda. A la salud de los taxistas. Y del alcalde...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La única manera de garantizar un servicio público (que no estatal) es la introducción del elemento COMPETENCIA en la ecuación. Pero mientras en número de taxis dependa del número de licencias que la administración quiera conceder...