09 abril 2007

El problema, las carreteras.

Ni carné por puntos, ni campañas de concienciación. El problema, se confirma con los terribles datos sobre accidentes de tráfico en esta Semana Santa, son nuestras carreteras. España, parece, es un país del primer mundo pero tenemos carreteras del tercero. Nuestros múltiples gobiernos gastan cantidades ingentes de dinero en proyectos de interés general pero también en chorradas que hacen enrojecer a cualquiera. Gastamos mucho, pero mal. Más de 100 muertos en nuestras carreteras son demasiados; un fracaso, como reconoció previamente el director general de la DGT, Pere Navarro. Eso dijo antes de la puesta en marcha de la operación especial de tráfico. Más de 100 fallecidos sería un fracaso. Y lo es, aunque añadiría que un fracaso trágico para demasiadas familias españolas cuyos miembros han dejado la vida en nuestras carreteras. Reconocido el fracaso, la pelota está ahora en el tejado de la DGT, del Ministerio de Fomento y, en nuestro caso, de la Junta de Andalucia. El problema, repito, son nuestras carreteras. España necesita una urgente inversión en carreteras: construir nuevas autovías, mejorar las existentes y rehabilitar en profundidad las carreteras secundarias. Estamos acostumbrados a las regañinas de Pere Navarro, a la responsabilidad de los conductores, pero nadie habla de la responsabilidad del gobierno. He viajado algo esta Semana Santa; han sido viajes cortos, a Cádiz por la autopista, regreso por la N-IV, un paseo en moto por la Sierra Norte y los habituales desplazamientos por la SE-30. Sólo he ido tranquilo por la autopista, de peaje. En el resto de carreteras, me he jugado el tipo. La nacional cuarta, repleta de baches, parcheos, cambios de rasante y curvas ciegas. La carretera de la Sierra, para cualquier aficionado a la moto, es un placer pero precisamente por estar repleta de riesgos. ¿ 100 muertos?. Pocos me parecen para tener las carreteras que tenemos. Así pues, llega el tiempo de exigir responsabilidades. Los conductores yá tenemos nuestro carné por puntos, radares por todos sitios, controles de alcoholemia y una presión fiscal importante. Y continúa la sangría por las carreteras que padecemos. Es el turno del amigo Pere, pero sobre todo que hable doña Magdalena. Y que empiece anunciando inversiones. Una lluvia de millones para nuestras carreteras, que seguro que comenzará a invertirse la trágica tendencia de cada puente festivo...

1 comentario:

GFO dijo...

Que lo de la velocidad es una milonga,es algo obvio,y de fácil comprobación para aquel que viaje:en Alemania no existe límite de velocidad en autopistas y autovias,y es el pais con menos siniestralidad de la UE.
La razón de esta vorágine de muertos,es plausible:el 80% de las muertes se producen en carreteras secundarias(por cierto,las peor catalogadas de la UE junto a las portuguesas).
Mientras sigan insistiendo en esta panoplia de los puntos,de las sanciones cuyo único objeto es la recaudación,y no se invierta en infraestructuras,seguirá este desfile de cadáveres.