Entre enchufados y galácticos.

Ocurrió en la mañana del pasado lunes. Dos concejales del PP salen del Ayuntamiento de Sevilla y se dirigen andando por la Plaza Nueva, hacia su destino. En el sentido inverso, camina Manuel Marchena. Cuando se cruzan, la mirada inquisitiva del gerente de Urbanismo denota su enfado con los populares. Cuando se rebasan, Marchena, voz en grito y con los pulgares señalándose la espalda, exclama ¡ aquí está el dorsal !. Cual Ronaldo, don Manuel Marsheninho vuelve a repetir el gesto pero aumentando ostensiblemente el nivel sonoro de sus gritos, orgulloso de sentirse uno de los galácticos de Monteseirín. La anécdota, impropia de alguien con un mínimo de educación cívica, no deja de ser significativa y revela el estado de nervios en los que se encuentran los galácticos, cuyos más que generosos sueldos se encuentran en pleno debate público. Nervios compartidos con los 22 enchufados por Monteseirín que, gracias al carné o al apellido, han obtenido un puesto de trabajo al que el resto de sevillanos no pueden acceder. Alfredo y sus amigos no ven la salida al final de este largo túnel de las corruptelas e irregularidades. El problema, para ellos, es que tanto la oposición como algunos medios de comunicación están haciendo su trabajo. Mejor o peor, pero trabajando en la fiscalización del trabajo del gobierno municipal. Y ese trabajo, después de tanto pufo que deja huella, termina dando resultados que van mucho más lejos de los que Alfredo y su gente puede presumir. LLevamos una legislatura cargada de irregularidades y esto aún no ha terminado.