Espinete.

El movimiento progre, tan preocupado por la crispación reinante, nos acaba de regalar unos momentos de distensión seguramente para evitar que la tensión arterial del personal continúe disparándose. Velan por nosotros y, como buenos chicos, han firmado un manifiesto contra la crispación - la paja en el ojo ajeno - del PP. Bien, bueno. Y ahora llega la sorpresa divertída por ridicula en forma de listado en el que se refleja los nombres de los supuestos intelectuales de los que gusta okupar Iglesias y que se vuelven locos por una pegatina y una pancarta. Una lista en la que intelectuales de la talla de Cleopatra o Francisco Franco Bahamonde no dudan en estampar su firma, que se dá por válida, en el listado solidario de los progres intelectuales de la sopa boba. No dirán que el asunto no tiene su miga. Pero, siendo sorprendente la inclusión de firmas tan curiosas como ésas - hay más - aparece un nombre en el que hay que detenerse. Es el único intelectual que veo. Se llama Espinete. Todo un intelectural si lo comparamos, claro, con el grueso de la lista en cuestión. Creo que fué de las primeras cosas que recuerdo haber visto en una televisión en color tras la etapa gris pero feliz de los Chiripitifláuticos. Espinete. Todo rosado y con cara de buena gente, simpático - pelín sensible - , pero entrañable. Y recuerdo que decía grandes verdades perfectamente comprensibles para un chaval como yo que deseé verlo cada tarde. Todo un intelectual par mí. Cuando comencé a leer la lista, primero me sorprendí, después casi me irrito y cuando ví su nombre, lo supe. Uff. Son intelectuales. Con Espinete como referente, despejada la duda. ¿ Crispación?. No hombre, no. Cachondeo y con perdón. A ver la próxima...