Gusto por la prohibición.

No hay nada que más guste a un socialista en el poder que la prohibición. Regular, intervenir y prohibir. Sobre todo prohibir. Cada mañana, cuando me levanto me preparo para recibir la noticia de una nueva prohibición. Prohibido fumar, prohibido beber, prohibidas las hambruguesas XXL, el pescado fresco, los rótulos en español - en Cataluña- , los crucifijos en las aulas, la Virgen del Pilar en los Cuarteles, las estatuas...y ahora, pretenden prohibir la muerte de los toros en las plazas. ¿ Se han dado cuenta de que, cada vez que gobiernan los socialistas, nos achicharran a prohibiciones?. Los mismos que hace varias décadas se dedicaban a manchar las paredes con aquel romántico lema de "prohibido prohibir" se dedican ahora, cómodamente instalados en sus despachos oficiales y pisando moqueta, a prohibirnos todo; si me apuran, hasta las Navidades que desde hace algún tiempo intentan que sean unas Navidades laicas. Lo podemos comprobar en muchos colegios e institutos donde los Nacimientos de los escolares van directamente a la basura. Qué manera de prohibir, oiga. Y los españoles, tan contentos, sin levantar apenas la voz ante tanta prohibición. Y es que estos progresistas son así. Pues miren ustedes, es bastante probable que siga fumando en 2007, también que me tome alguna cervecilla en El Salvador, pretendo aficionarme a alguna XXL de vez en cuando, no renegaré del crucifijo, a los villancicos y al Belén y asistiré, si el tiempo lo permite, a alguna corrida de toros. Estoy hasta las narices que estos socialistas intenten decirme de qué manera debo vivir mi vida. Considero positivo que las administraciones velen por mis intereses, pero basta yá de tanta prohibición. Digo yo...